(NOVELA EN REVISIÓN Y EDICIÓN) Desde el 2020, el año en que estalló la tercera guerra mundial es así, bombas bacteriológicas, nucleares, y químicas. Todo destruido, masas de tierra devastadas, algunas especies de animales extintas y otras modificadas por la radiación, esas quedaron fuera de las barreras que rodean los continentes formados por los sobrevivientes no afectados directamente por la misma, solo son dos, Collinster y Sincrex.
Todos los años, a partir del momento en el que nuestros antepasados tomaron sus nacionalidades oficialmente en 2040, los días 13 de noviembre desaparecen personas, pero desde 2129, solo desaparecen adolescentes de quince a dieciocho años ¿Por qué? Nadie sabe, solo se conoce el número, trece, al azar, de ambos continentes.
Las autoridades no dan explicaciones, nisiquiera tras la desaparición de la hija de la Presidenta. Siguen sin brindar información siguen guardandl secretos jugando a ser dioses tirando de nuestros hilos...
¿Qué pasa cuando aparece el Edén?
¿Qué pasa si hay un fallo en el sistema?
Para nadie es un secreto lo que pasó en la familia Scott.
Pero sí un misterio, pues fue un caso que quedó abierto por la falta de evidencias concretas de lo que pasó.
Mália no recuerda mucho; son solo pequeños fragmentos que se hunden en sus lagunas mentales. Sin embargo, de lo que sí está segura es de que hay cosas que aunque les da vueltas y vueltas no logra hacer que encajen con lo poco que recuerda, y aunque se lo impidan, buscará la forma de descubrir los secretos que se ocultan detrás de la tragedia Scott.
Todo lo que creía saber se desvanece cuando se relaciona con el nuevo ingreso de su instituto. Están en último año, a punto de entrar a una nueva etapa, aún sin olvidar la anterior.
Cuando descubra la verdad, nada volverá a ser igual.