¿A dónde se irán todas esas palabras que nunca decimos? -pensó Horacio-. Creo que deben haber otros mundos, muchos mundos de mentira llenos de palabras no dichas; una galaxia de palabras mudas, calladas por si acaso. Hoy quise decirte tantas cosas... (Trece mil setecientos cuarenta y cinco días en la máquina.)