Hay acontecimientos que cambian tu vida completamente, tanto como para mejor como para peor. Y yo siempre pensé en aquél acontecimiento como un recuerdo agridulce que me perseguiría durante toda mi vida. Sin embargo, a mis 26 años de edad, me di cuenta de que era mucho más que un recuerdo, era un vínculo. Un vínculo indestructible entre nuestras almas, ligado a un sueño permanente en mi corazón.
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