La mayoría de las veces Dulce no está presente, la hunden sus miles y miles de pensamientos a veces buenos y otras más malos que buenos, pero se pierde y se ausenta en un mundo que solo ella conoce. Tal vez por eso no se ha dado cuenta que Pablo, su jefe, él sensual y carismático hombre desde que la vio supo que estaba enamorado de esa bella sonrisa que hace cada vez que se deleita con café o que su vecino el encanta escucharla todas las mañanas cantar y el hasta maldecir... Porque ella simplemente se ausenta en sus propios grises pensamientos... ¿Quién podría amarla?