Prólogo (Ojos de Bengala)
Ella era así, como encontrarme a un tigre en las aguas calmadas de un río.
- Sentí lo mismo al ver sus ojos café, no podía parpadear ante su imponente mirada que me hacia temblar. Cuando posaba sus manos sobre mi cuerpo me estremecía, aquella oleada de determinación, dominio y sex appeal me extasiaba, en cada embestida me dominaba tal y como lo haría un tigre con su víctima, solo que en este juego yo estaba inevitablemente enamorado de mi victimaria. Justo en ese momento descubrí que algo en mí moriría en el intento de amarla, pero me deje caer en la majestuosidad de sus deseos que con picardía me poseían, ella sabía que había conseguido su presa, mientras que yo con optimismo pensaba que había conseguido el amor. Así al pasar el tiempo me di cuenta que moría poco a poco entre sus los afilados colmillos, sabía que si sobrevivía no sería él mismo, pues al fin obtuve aquello que siempre deseé, ese algo del que huí toda mi vida.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hoffmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?