La vida no es lo que parece, no es lo que se quiere, ésta es injusta y cruel; le gusta robar suspiros de esperanza a los enamorados, mostrando la verdadera cara de los sucesos, revelando la cruda realidad. Aquella cosa que nos vuelve tan miserables al poder verla, cuando la venda de las ilusiones y de los sueños no sean suficientes para protegernos, y el echo de respirar sea lo único por lo que se puede comprobar que estamos vivos; esto mismo es lo que siente Lukas cada noche, donde la tristeza hace a la luna su única confidente ante el declaro de sus más profundos susurros del corazón...