Cuántas veces se ha escuchado la frase: "Él que la hace, las paga" o "Siempre se recoge, lo que se siembra" Aunque Rosa Kremer se ha arrepentido de todos sus pecados del pasado, estos la alcanzan y comienzan a cobrarle su larga cuenta de deudas, cayendo en una catastrófica situación económica. Por su proceder se encuentra desesperada en encontrar un empleo respetable y bien pago, pero por lo extraño que parezca todas las puertas se le cierran a su paso, empeorando aún más su vida. Lo que la lleva obligada a trabajar bajo la protección del Diablo, alguien a quien ella no quiere volver a ver y mucho menos tratar. El Diablo es un hombre atractivo que se hizo a sí mismo, por eso es rudo y es muy asediado por las mujeres, pensando en lograr atraparlo, porque es un partido muy prometedor. Amanda, la actual novia, una modelo de talla internacional, llamada en su mundo la princesa del hielo, por su difícil acceso, es posesiva y arrogante y no dejara en paz a Rosa cuando comience a laborar bajo el poder del Diablo. El Diablo que realmente está buscando es venganza hará de la vida de los dos un infierno, creando un contrato laboral para humillarla, pero el lazo invisible del pasado aún los mantienen unidos.