Un mariachi muerto no es poca cosa. Bueno, ninguna muerte es poca cosa, pero en el caso de un mariachi, es sublime. Para ellos, no hay mayor honor que encontrarse con su deidad, la Santísima Muerte, la Niña Blanca, aquella que arrulla con su manto blanco. Y un funeral mariachi es distinto al de los demás. ¿Conoces a Manolo?All Rights Reserved