El hecho de que Carolina y yo llegáramos al acuerdo de no involucrarnos íntimamente con ninguno de nuestros respectivos hermanos me pareció una excelente idea en su momento. Los chicos lo hacían todo el tiempo: prohibirles a los amigos liarse con sus hermanas. Hicimos lo mismo. No había nada descabellado con nuestro "pacto de lealtad" a nuestra amistad. Excepto que yo, Vanessa Leah Evans, no contaba con que unos pequeños y simples ojos azules pondrían en un hilo cada una de mis palabras e ideales. No contaba con que precisamente el hermano de mi mejor amiga sería el hombre hecho para mí... O eso creí. --BORRADOR--
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