A veces el viajero frecuente olvida también (y constantemente) es que no interesa mucho el lugar a donde vayas siempre, si no quien te acompaña. Puedes ser tú mismo y hacer un viaje a tu interioridad, puede ser con tus mejores amigos y hacerlo una aventura graciosa (y de paso ver quiénes son realmente en medio de la convivencia), con tu familia y que sea una agradable vacación familiar, con tu pareja y tener una envidiable escapada romántica o puede que tu compañero de viaje lo conociste en medio de tu recorrido y decidieron hacerse compañía (si tienes suerte no te toco un drogadicto peligroso que se robara todas tus cosas para comprar crack).