Cuando te enteras de que tienes una enfermedad, ya avanzada y que no tiene cura, te derrumbas por completo o eso es lo que hice yo al enterarme de lo que tenía, pensé que era el fin. Simplemente creía que aquí se acababa todo, que no tenía sentido seguir adelante si estoy así. Pero luego llega esa persona que te cambia ese lapso de vida que queda, esa persona que hace que tu mundo gire por completo, que te hace sentir mil y un mariposas en el estómago, que te hace sentir los mejores sentimientos del mundo. Él me enseñó que no importa que obstáculos hay, siempre hay que sonreirle a la vida. Aprovecharla al máximo, vivir tu día como si fuera el último, y eso fue lo que hice junto con él.