A veces no entendemos el porqué de las cosas, ni tampoco por qué nos pasan a nosotros. ¿Qué nos hace especial? o si bien ¿Qué estaremos pagando?
Somos simples humanos, con problemas de humanos, con preguntas de humanos.
Hasta que un día, todo cambia. Y te das cuenta que no eres un simple humano.
A veces por amor, las personas no saben lo que hacen. A veces por miedo, las personas dañan. Del amor nacemos. ¿Por amor morimos?
Y solo somos jóvenes, con un futuro por delante, o eso nos hacen creer. ¿Realmente existe el futuro? En cualquier momento podemos morir.
Pero la mentira daña, la mentira duele, la mentira transforma. Y no entendemos simplemente porque se miente, por qué se oculta. Un día despiertas y deseas no volver hacerlo, porque la carga que se te da es demasiado para alguien de 17 años. Por que nunca pediste ser especial, hay que luchar por crear un futuro, hay que luchar por mantener una familia, porque, la familia es primero.
Y simplemente, te conviertes en un súper héroe, o eso es lo que esperan de ti. Y solo te queda luchar, con la única que sabes hacer, música, luchar y salvar. Una noche tu vida da un giro de 180 grados y descubres que todo era una mentira creada por las personas que te rodean, por las personas que se suponían que te amaban.
Y lo sabes, que cuando se entra a la guerra, no hay vuelta atrás, y una parte de ti va morir y otra va nacer, porque eso es lo que hace la guerra. ¿Estás listo para luchar? Porque la guerra comenzó desde el primer día en que llegaste al mundo, solo puedo decir una cosa más, estoy lista.
El amor evocaba sentimientos incomprendidos entre los ecos del abismo, creer en el amor era una apuesta ciega, un casino adictivo que en cuestión de segundos podría acabar con toda tu vida o arruinarlo todo.
Quizás en toda mi vida pensé que el amor era el típico feliz por siempre, a pesar de que te partieran el corazón, de que eligieras por encima de tus propios deseos, porque entre lo correcto e incorrecto debías solo tomar la decisión ganadora. Eso era el amor, una creencia oscura que te consume cuando abres la puerta.
Mi historia de amor no es un romance misterioso o una película con un final feliz, es más un recuerdo que trato de olvidar día tras día porque elegía la persona incorrecta, porque tenía miedo y ese miedo me consumió.
Siempre me pregunté a mí misma que se sentía amar y ser amado, fingí sentir amor y solo fui amada, aún me pregunto que hubiera sido de mi vida si no hubiera fingido amar, quizás y solo quizás habría conocido el verdadero amor.
- Sálvame cuando esté hundida en lo más profundo de mi oscuridad y permíteme amarte aunque el mundo deje de existir, porque sé que al final si dos caminos están destinados a estar juntos, no importa si pasa toda una vida...