Cada vez que me sentía mal, la llamaba a ella. Se que era una stripper pero ella no era como las otras chicas del local. Era realmente guapa, inteligente, estaba muy muy buena y no era vulgar. Por eso mismo la tenía de "stripper oficial". Ella iba a mi casa, me hacía un baile, me alegraba, algunas veces escuchaba mis penas, nos tomábamos algo y luego se iba. Simple pero importante para mí.