En una sociedad donde el poder reside en la aniquilación masiva, los sentimientos pueden resultar devastadores. La guerra de <Sol Naciente> acabó con la raza mutante, evitando el exterminio de la raza humana. Los humanos gobernaban el mundo. Lo habían conseguido, habían ganado frente a una especia invasora, pero la maldad no concluía ahí. Lauren había quedado marcada a fuego con las primeras olas. Con las primeras muertes. Su corazón se había convertido en un abrasador océano de fuego y el amor, estaba muy lejos de ser su prioridad. Se había convertido en el objetivo principal. Una máquina de matar Hallerd. Una soldado sin sentimientos y sin sentido común. Un témpano de hielo, capaz de devastar mil escuadrones sin piedad. Era una mujer sin corazón. Sin una meta en la vida, pero pronto conocería por qué los sentimientos no se deben ocultar. Matthew Edward por el contrario, vio la luz cuando nadie quiso verla. Descubrió que, tras un dolor abrasador , siempre queda un hito de esperanza. Se aferró a las emociones cuando nadie más lo hizo. Luchó en la guerra y vio de lo qué eran capaces los invasores. Resistió la tentación. Se hizo de piedra ante la sed de venganza y juró que jamás cedería a sus impulsos. Pero ahora debe enfrentarse a una nueva misión, donde deberá escoger entre lo que quiere y lo que desea. No será fácil, pero Matthew no es un hombre que le tema a nada. Está dispuesto a enfrentarse a Lauren y demostrarle, que "en el amor y en la guerra, todo vale".