Había tal veneno e ira en la sosegada voz de Ciel que incluso Alois sintió miedo de su novio por una fracción de segundo. Pero Ciel nunca le haría daño. Era todo cuanto se tenían en el mundo. Lo que había entre ellos era algo más allá que afecto u amor. Un Psiquiatra le habría llamado obsesión o enfermedad. En palabras de ambos lo que ellos tenían era un pacto de muerte. Algo que iba más allá de la vida, porque había nacido en un espacio donde no había lugar para la esperanza, el amor o la vida. Nunca jamás se traicionarán. Ni en esta, ni en cuántas vidas fueran necesarias antes de que redimieran sus pecados. De lejos, a simple vista, ambos muchachos habrían parecido florecillas de verano, delicados, frágiles y tiernos. Se habrían equivocado, todo mundo siempre lo hacía. Y ambos lo sabían. Eran florecillas marchitas, próximas a la muerte y cuyo contacto con sus venenosos pétalos podría resultar fatal. CielXAlois Shonen ai. Breves aluciones al abuso sexual infantil y tortura en varias formas.