Minseok era un niño prodigio, un genio de la música, y sus padres aprovecharon eso para crear al niño perfecto, viviendo del dinero que producía, sin amarlo realmente, dándole una miserable vida a un ser inocente. Luhan es un niño de familia adinerada, lo tiene todo al alcance de sus manos, pero solo desea una cosa: Minseok, el niño prodigio, dejando de lado la familia para encaminarse lentamente hacia él, atrayéndolo a sus redes. Minseok sería suyo, solo suyo. Porque Luhan no estaba bien, Luhan era un monstruo, Luhan debería estar encerrado, pero para Minseok, Luhan era un buen monstruo, porque de todos los monstruos que inundaron su asquerosa vida, ese en concreto, le dejó ver la luz