No me quería ir, pero termine aceptando. Aunque no dejaba mucho atrás, creo que salir simplemente de mi país era de por si duro. Pero al llegar me encontré con una sopa de países. De todo el mundo tenia amigos. Pero el español fue el que llamo mi atención. El mexicano entro en mi corazón. El colombiano simplemente me derritió.Y el venezolano volvió.