Yo tengo 17 años y nadie me ha violado, debería alegrarme, supongo. Voy a una pequeña escuela en donde soy la marginada Cami Strosmitsh. A diario me hacen bromas más pesadas de las que podría si quiera contar. Cada mañana me levanto con la intención de mejorar mi vida, pero como ya dije anteriormente, termino con lágrimas que son más viejas que yo.