Otabek había decidido morir en silencio, sus pulmones estaban lentamente llenándose de pétalos de camelia, después de todo, no era la primera vez que Yuri Plisetsky le robaba el aliento. -¡ABRE LA PUTA PUERTA ANTES DE QUE LA ROMPA, OTABEK ALTIN! -Mierda.All Rights Reserved