Llevo una semana encerrada aquí. Una semana desde que manché mis manos de sangre. Una semana desde que acabé con una vida. Una semana desde que no he vuelto a sentir felicidad. Una semana luego de tu muerte. La tristeza ha vuelto para proclamar mi cuerpo, las pesadillas me hacen levantarme agitada mientras vocifero tu nombre a gritos, gritos que sólo cesan cuando los sedantes adormecen mi sistema. El psiquiatra dice que yo no te maté, la policía no encontró evidencia, mi madre no se digna en venir a verme. Pero todos ellos se equivocan; yo misma te apuñalé tres veces por la espalda, tu cuerpo estaba en la mitad de la sala y mi madre, oh, mi madre es una escoria que no comprende que lo hice por amor. Amor, Aiden, se que tú lo entiendes, después de todo, tú te buscaste tu muerte. Tú revelaste aquella atrocidad que hizo que todo saliera de control, despertaste la bestia que en mi dormía, jugaste con fuego... y ya era hora de que te quemaras. Mi nombre es Kyá, y maté al amor de mi vida. «Prohibida la adaptación sin mi permiso, también queda prohibido el robo parcial o total de la obra. Es mi primera historia, les pido que no sean tan rudos con ella, sólo críticas constructivas.»