Existe un pueblo muy pequeño, escondido entre los brazos de Nueva Zelanda, tan impopular por no tener mucho que mostrar más que su incesante lluvia. Es un pueblillo cualquiera, con gente cualquiera. Nadie sobresale. Nadie es especial. Nadie llega a ser importante. Un pueblillo en donde los adolescentes no sueñan, no conocen el calor, no conocen el amor. Y Nute será la excepción.