Por siempre tuyo, fue la promesa que hicimos frente al altar. Esas palabras, junto a la suavidad de tus labios fue lo que logró marcar ese día. Bastante descabellado fue lograr llegar hasta ahí, los aplausos a nuestro alrededor, y esa extraña sensación que me hacía pensar que caminaba entre nubes. Un nuevo comienzo, en el que no deseo separarme de tu lado... Masamune.