Casi cien que se fueron,
Fueron casi, faltó poco,
Faltó nada, pero nada,
Se muy bien cuanto costaba.
Te fuiste y así me despedí,
Con mi mano en tu hombro,
Hecho un hombre agradecí,
Tanto afecto y tanto todo,
Tu manera de reir,
Te fuiste y hoy te lloro,
Tu ausencia es visible,
El silencio abrumador,
Tu paciencia tan notable,
En aquel momento, mi peor,
Aún así me sonreias,
Me contabas tus historias,
Hasta algunas repetidas,
De memoria ya sabía,
De tu madre o tu marido,
De Juancito y de Perón,
Y decías ganarán, ganara la selección,
Tanto nos dejaste que me sería imposible,
Agradecerte cada cosa,
Te cuento que acá en casa,
Sonreimos tus anécdotas,
Se que todo, todo pasa,
Pero extraño verte enérgica,
Como el día que llegue,
Me ofrecías un tecito, matecito,
O de comer, preparabas tu guisito,
Que por cierto era muy rico,
Y llegada la hora pico,
Un vinito pa dormir,
Hoy te escribo desde acá,
Cerquita a tu sillón,
Cerquita de mama,
amontonando este amor,
Te llevo en mi corazón,
Y te lloro con razón,
Ay te extraño tanto vieja,
Seguro ahí andarás,
Del brazo de tu marido,
Contando como le cambiaste la vida,
A dos personas que te aman y están tan agradecidos,
Ya que estás allá, dale un beso a Oscarcito,
Mientras yo espero acá,
Que me ofrezcas matecito.
Este no es un libro de esos que dejas olvidados en un rincón, es un libro de esos que vuelves cada vez que lo necesitas. Es de esos que logran derrumbarte, pero también hacerte brillar. Te hará llorar y reír, te acercará más a la vida. Aquí encontrarás verdades, de esas sin filtro, que te hacen reflexionar. No encontrarás utopías, pues cada palabra nace de una experiencia. Valentía es un camino, tiene sus obstáculos, sus dolores y tristezas, pero también está lleno de esperanza, de fe. Es un libro que avivará el fuego de tu corazón, pondrá tus emociones a flor de piel y, sobre todo, te recordará que en esta vida vale mucho más ser valiente que cualquier otra cosa.