El adios.

Evolet abrió sus ojos y lo único que veía era oscuridad, nada más, no recordaba que le había pasado, no recordaba su nombre, no recordaba su vida, simplemente no recordaba quien era ella.
Evolet desesperada por solo ver oscuridad empezó a cerrar y abrir sus ojos diciéndose:
-Esto no es real, No es real....

Se lo repetía una y otra vez, hasta que en un abrir y cerrar de sus ojos ella vio una luz. Se incorporó de golpe, desesperada por salir de esa oscuridad, ella corrió y corrió hasta alcanzar la luz. Cuando por fin logro llegar no podía creer lo que veía. Era ella, la luz que veía era la luz de su cuerpo.
De pronto recordó, recordó quien era ella y deseo no haberlo recordado y quedarse en la ignorancia por unos momentos más....