-¡Crucio!- una niña de 8 años estaba torturando a un mortifago traidor, mientras sus azulados ojos resplandecian con la maldad caracteristica de su padre.-¡Dime lo que les has dicho a esa Orden del Fenix!- la despiadad chica, con duras y asombrosas facciones, se estaba hartando de ese hombre, que no le decia nada. -Yo no he contado nada...- se defendia el hombre como podia. -Abada Kedabra.- susurro la chica, dejando a parte su varita y apuntando al hombre con una de sus palmas extendidas. Una potente luz salio de la palma de aquella joven, terminando con la vida de aquel hombre que su padre consideraba un traidorAll Rights Reserved