Y ahí estaba como cada noche, las 3 a.m. marcaba el reloj en su dormitorio, y ella solo podía mirar las estrellas a través de la ventana. Estaba sumida en la tristeza, y sin notarlo las lágrimas rodaban por sus mejillas. Se quedó pensativa hasta que se dio cuenta de que el líquido invadía sus ojos, y tenía el rostro totalmente inundado; se secó con el antebrazo, y siguió escribiendo. Espero les guste la Historia.....