El deseo más grande de Robín es ir a las Olimpiadas, es un deportista nato, rubio, de ojos claros, cuerpo australiano, de buena familia, mayor de cinco hermanos, es el clásico chico que cualquier padre querría para su hija, exceptuando el hecho de que a Robín no le interesa ninguna otra chica que no sea de ojos claros, cabello castaño rojizo y su nombre sea Anastasia, llamada por todos Nastya. Nastya y Robín estuvieron enamorados durante diez largos años sin excepciones, aunque ambos se quisieran engañar a sí mismos sus sentimientos eran fuertes, pero intentando que la amistad sobrellevase su relación no todo salió tan bien. Ahora ellos creen haberse olvidado mutuamente, Nastya se hace novia de un compañero del colegio de Robín, y Robín intenta convencerse de que ya no siente nada por ella, ahí es donde entran los pensamientos de: Nunca te olvidé.