No serán suficientes todas las palabras del mundo para terminar de describir cómo fue que mis latidos dejaron de existir luego de ponerle un punto final a esa historia que parecía infinita. Me ha costado aceptar que no volveré a refugiarme entre esas palabras cálidas y el sonido de su voz; me quedo con los recuerdos bonitos y con la certeza de volver a empezar en un camino diferente. Aún queda mucho por escribir, muchas vivencias por contar y unos pedacitos del corazón que guardan su propia historia. No sólo está la historia que no pudo ser. También percibirán mis miedos, mis secretos más escondidos y lo que podría suceder en una realidad paralela. Aquí empieza la historia más bonita jamás contada. Y, quién sabe, a lo mejor algún día (o alguna noche) vuelva a aventurarme a escribir una nueva historia con alguien diferente.Todos los derechos reservados