No sé cómo terminé aquí, sentada en el balcón mirando hacia las estrellas mientras pienso en ti. Eres mi inspiración, cada canción que tocas, cada gesto que haces, cada mirada, cada palabra que sale de tu boca se me incrusta a la mente y no puedo deshacerme de ellas. Pensé que al ser un año nuevo ya había superado ese afán de buscar las cosas más imposibles para no soltarlas. ¿Cómo pude pensar que tú, uno de los chicos más admirados del colegio, podrías llegar a fijarte en mí? Es una pregunta fácil y la respuesta aún más. Las apariencias engañan demasiado, pensamos y decimos cosas de los demás sin siquiera intentar hablarles. En fin, prejuzgamos sin saber de quién se trata realmente. ¿Podré algún día llegar a conocerte en profundidad?¿Te habrán enviado desde el cielo o serás producto de un defectuoso experimento?