Mi nombre no es importante, tengo 20 años y soy maestro practicante en la secundaria, en este lugar he aprendido y visto cosas interesantes, divertidas, peligrosas, y por que no... abrumadoras. Me encapriche con una "alumna", que siempre era separada del resto, aunque en sí ella resaltaba del resto, era muy diferente a cualquier otra chica de su edad, no le importaba nada o al menos eso aparentaba, a pesar de recibir muchas burlas, apodos, golpes y acosos ella se mantenía calmada e incluso indiferente, era realmente especial e interesante. Sus compañeras eran las típicas niñas que consiguen lo que quieren, y sus compañeros eran los típicos pubertos que no pueden controlar sus hormonas, no soy quien para hablar así pero nunca he tenido verdadero intéres por las mujeres, puedo decir con toda la calma y franqueza del mundo y universo que es un tema muy separado y enajenado de mi. Simplemente puedo decir que estoy encaprichado, enamorado, y necesitado de esta chica, desde el primer momento en que la vi, desee conocerla a fondo y su actitud nueva y diferente a la habitual solo hizo que llamará más mi atención. Con el pasar del tiempo logre avances con ella, de no hablar comenzo a platicar conmigo y a pedirme consejos, eso me llenaba a un límite insospechable, me sentía lleno feliz de escuchar su voz, una voz que me cautivaba por el simple hecho de ser de ella, su sonrisa ladina, su forma burlona, todo de ella me satisfacía y me alegraba el día, no había día que no deseará que las clases ya empezaran o que ella no faltará, simplemente y a mí punto de vista la chica perfecta. Pero a todo esto existe un gran inconveniente... Las reglas... esas cosas que tienes que cumplir aunque te mueras dentro del plantel educativo y que por más que quieras el dicho "Las reglas se hicieron para romperse" no cuenta...
Atenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empresaria multimillonaria exitosa, también es una de las mejores comandantes que la FEMF ha tenido.
Christopher Morgan Harts: Un hijo de puta (cómo todo Morgan), es un coronel con una belleza y una fortuna inigualable, pero no solo eso sí no también es un padre soltero de un bebé de tan solo 2 años.