Todo parecía ser normal en la vida de Hannah West; tenía a su madre y su hermana menor, una mejor amiga y una vida promedio en el instituto y en la academia de patinaje. Aún así, ella sabe que hay algo mal en sí misma, todos lo saben, pero lo ignoran, no hay nada que se pueda hacer ya. Su destino entero parece cambiar el día que una visita inesperada irrumpe en su vida, ¿qué pasará ahora que descubra que ha vivido engañada toda su vida? Para bien o para mal, su madre muy bien se lo advirtió: "Hannah, nunca subas al ático..."