Él me avía hecho tanto daño,
Tanto que ahora mismo sentía no estar segura,
Él me avía prometido ser mi cielo noche y día,
Ser mi calma en la tormenta y en mis tristezas mi alegría.
Él, con palabras vacías engaño a mi corazón,
Mi razón me lo advirtió y yo la calle,
Creí en todas sus palabrerías,
Le creí cuando dijo que en algún día caminarías juntos al altar,
Al comedor o al asilo de ansíanos.
Le creí cuando dijo que quería ser mi verano
Y llenarme de margaritas y girasoles,
Le creí, en verdad que lo hice,
No avía razón para no hacerlo,
No avía motivo o señal de mentira alguna.
Él prometió, y lo juro,
Juro que todas las mañanas lo primero que yo vería serían sus ojos y el los míos,
Que nos turnaríamos al hacer el desayuno,
El prometió estar siempre a mi lado,
Y le creí, no avía nada para no hacerlo,
Mi corazón dependía de un hilo en sus manos,
Mientras el suyo dormía tranquilo en mis brazos.
Él, con su astucia me hiso ser su sumisa,
No avía un nosotros,
Yo estaba tan segada que nunca pude ver lo que otros ojos veían,
Lo que otras bocas decían,
Nunca les creí, hice oídos sordos, ojos ciegos.
Le creí cada caricia, cada palabra,
Sentía estar en plena felicidad.
En serio que lo sentía.
Todo se ha acabado ya, todo termino ya.
Solo ha quedado un corazón roto y heridas profundas.
Mi mente me juega con lo que en algún día yo creía
Con lo que veía o escuchaba.
Ya no sé qué fue verdad o que fue mentira,
Vivía engaños en mi propia cara,
Y todo se solucionaba con un beso en la mejilla.
.............................
El daño ya está hecho, no creo en el amor,
No creo en nadie, no confió ni siquiera en mi propio juicio,
Su engaño me ha dañado y ha desgarrado mi ser.
............................
no tu, tu no pollo verde, dime que todo esto es mentira, dímelo por el bendito dogo difunto que yace ya solo en nuestras memorias.
.......todos los derechos reservados, queda completamente prohibido el plagio
De repente, a pesar de haber pasado bastante tiempo... sentía que todo ese dolor volvía a mí, sentía que las mismas lágrimas volvían a ser derramadas, veía el pasado como un simple ayer, como unas simples horas. Recuerdo ese día, esa tarde, en la que después de una discusión sin sentido, terminó por abandonarme. Se fue, y me quedé solo, en mi habitación, sin ganas de nada, solo de morirme ahí, entre esas sabanas. Arañé mi cabeza, buscando una explicación acerca de todo lo que había pasado, pensando, en que esto no era justo. En que yo no había hecho nada malo, en que el que había tenido la culpa fue él, pero eso ya no importaba. Se había ido. Y se llevo todo consigo, lo mejor de mí, se lo llevo él. Y ahora aunque han pasado meses, y que estoy saliendo con alguien más, volver a haber escuchado su voz, ese simple recuerdo, de su voz resonando desde mi nuca, hasta mis oídos, a mí corazón, recordar su piel, su tacto, sus labios, todo. Lo recuerdo tan cerca... como si estuviera aquí.
-Ha pasado un tiempo... ¿No?
-Sí... vaya que ha pasado el tiempo.
No importa que tanto lo niegues.
-La última vez... la última...
No importa que tanto no lo busques.
-¡Espero toda la noche y esto es lo que tengo! ¿¡Me estás viendo la cara!?
Lo que el destino junta, está escrito, y decidido, a quedarse unido.
-No soy un juguete con el que puedas pasar una noche y ya... ¿Entiendes eso, hombre indeciso?
Así que actúa todo lo que quieras.
-¡¿Quién fue el que me dejó solo la primera vez?!
Miente tanto como tu conciencia te lo permita.
-Ámame... una, dos, tres veces si es necesario, pero quédate conmigo
Tócalo tanto como tu cuerpo desee.
-Tu cuerpo y tú, siempre han sido míos
Haz llorar a quién tengas que hacer llorar.
-Estás enfermo por mí ¿Lo sabes, no?
Destruye a quién tengas que destruir.
-Lo sé
Solo así te darás cuenta, de que esto es totalmente enfermo.