Caminó lentamente por el imponente y desértico salón hacia la única persona que se encontraba en el lugar, a parte de ella, sentado en una silla, del único par de sillas que existían. El hecho de que solo ellos dos se encontraran en tan amplio espacio, le daba un toque tétrico y más imponente a la persona sentada de forma intimidatoria. Al verlo ella creyó que lo hacía a propósito para subyugar a todo el que osara presentarse ante él. Esa persona era el primer sucesor al trono, el príncipe real, futuro rey de su país y, su prometido.Todos los derechos reservados
1 parte