-¡Kate, no puedes irte! -le suplicaron todos menos Jack, quién estaba ocupado con su "novia" en el área de descanso del reparto-.
-Claro qué puedo. Ya tienen a Ellie para suplirme yo me iré cómo sí nunca hubiera estado aquí, me olvidarán, los olvídare y será cómo sí todo esto hubiera sido un sueño -respondió la chica O'Donnell para después volver a caminar hacia la salida-.
-¿Qué pasará con la promesa, eh? «Siempre estaremos ahí, sin alejarnos los unos de los otros» -le exclamó Finn con lágrimas de furia apunto de correr por sus mejillas, Kate se había vuelto su mejor amiga en los últimos meses, y nadie quiere perder a su mejor amiga-.
-Lamento romper esa promesa Finn, y se qué tal vez no me llegues a perdonar por esto, pero mientras ella siga aquí, yo estoy de sobra, El Mismo Jack lo dijo -dijo Kate tratando de qué su voz no fuera a sonar quebrada, pero fue en vano-.
-Kate... -le intentó decir Sophia, la chica O'Donnell la interrumpió-.
-No Sophia. Te quiero, y te extrañaré demasiado, cuida que los chicos no maten a Bill otra vez -dijo Kate, para después cerrar de un portazo la puerta de el estudio.
El plan de Emma era simple: esperar el día de la fogata para hablarle a James, quien ha sido su crush por más de un año, pero nunca había tenido el valor de acercarse a él. Cuando Emma finalmente está decidida a dar ese paso, nada sale como esperaba, y por equivocación termina besando al hermano de James, Ander.
Lo que comienza como un accidente se convierte en un trato inesperado: Ander le propone fingir ser su novia para darle celos a su ex y lograr que regrese con él, a cambio de ayudarla a acercarse más a James. Aunque al principio Emma duda, termina aceptando, creyendo que así estará más cerca de cumplir su objetivo. Sin embargo, lo que no esperaba era que este acuerdo desordenara su corazón y la hiciera cuestionar sus verdaderos sentimientos. ¿Qué sucede cuando un plan perfecto se convierte en el caos que lo cambia todo?