De pequeño me daba terror la muerte, por lo que no entiendo como ahora me enfrento a ella cara a cara y no hago mas que sostenerle firme la mirada. Ella se ríe, muy fuerte de hecho, pero se da la vuelta muerta de la risa y se aleja, ¿Se esta burlando de mi?
Me quedo estático, perplejo, sin creer lo que acaba de pasar.
Quería gritarle, sacudirle, dejarle en claro que yo estaba listo para morir. Di un paso para alcanzarla, pero no llegue. Di otro paso más, que se volvieron dos, tres, empece a correr mientras pasaban las horas, los dias, los meses. Correría por años con solo tomar su mano.
{5 veces re-escrita. Puede que hayas leído una versión anterior en el pasado. Pues te doy la bienvenida a la definitiva.}
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero