A los 10 años conocí a mi peor enemigo. Sólo que Inuyasha era también el hijo de la nueva esposa de mi padre. Y eso nos obligaba a vivir en la misma familia y la misma casa. Entre nosotros, la guerra estaba declarada. Y no aguantamos ni dos meses bajo el mismo techo.
A los 18 años, el rey de los idiotas regresa del internado a donde fue enviado. Tiene los ojos más penetrantes que puedan existir y una sonrisa insoportable que tengo ganas de borrar de su cara o de besar sólo para hacerlo callar.
Porque amar a un imbécil de por sí ya es un desafío, pero amar a un hermanastro... es casi ilegal.
**
- ¡Basta! Aome ya no vamos a hablar de lo nuestro nunca más debemos parar ahora, retomemos nuestras vidas como eran antes, separadas, y todo estará bien.
- OK -(respondio fríamente)- si es lo que quieres.
**
-¿Me deseas Inuyasha? -(pregunto con dificultad)- dime ¿Sí o no?
- No. No tengo derecho de desearte-(susurra observando su boca y acercandose mas)- ni de amarte pero que crees, ya lo estoy haciendo, ya te deseo y amo como a nadie en el mundo y ¿tu me deseas?
- Te deseo con toda el alma y te amo con todo mi ser-(dice entre besos antes de sentir como perdia su virginidad)
**
- A caso dudas de lo que nos dijimos o hicimos-(dice en un susurro contra sus labios)- la primera vez que nos entregamos.
- Ni por un segundo, yo asumo todo lo que hice, dije o sentí pero eso no quiere decir que estoy lista para hacerlo...ah!
- No volveras a hacerlo ¿Nunca?-(dice besando su cuello)
- Nunca digas "nunca" Taisho-(dice antes de besarlo y quitarle la playera)- porque tu me haces decearte y querer hacerlo una y otra vez porque estar asi contigo me hace perder el poco autocontrol que me queda.
**
-Mierda, Aome quédate conmigo tenemos que enfrentar este infierno juntos.
- No entiendes que no puedo con la culpa, te amo Inuyasha pero no podemos estar junto, ya no. Este es el adios-(se voltea al escuchar que su vuelo esta por salir)- espero que seas feliz porque yo
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.