Este Post pudo haberse llamado de otra manera, pero quizás ya era necesario darnos cuenta lo que esta famosa frase de Cerati nos enseña, sí porque nos enseña que cuando decimos adiós, cuando soltamos, cuando nos desprendemos, estamos aprendiendo algo y por ende estamos creciendo y nos estamos iluminando... Pero, nuestro único problema es que como seres humanos necios y tercos de naturaleza no aceptamos lo que nos sucede, no vemos lo que todo el mundo nos cuenta que ve, nos hacemos ciegos y nos aferramos a algo que ya está perdido. Y es que pasa, que existen miles de parejas que antes de encontrarse debieron separarse, y otras que se separaron y nunca se volvieron a encontrar y hay miles más que no se separaron nunca y vivieron estropeándose la vida para siempre... Basta que uno de los dos sienta que se terminó, que ya no quiere más, que no tiene emoción, que se acabó el deseo, basta que uno piense que agotó todos los recursos, basta eso para saber que no hay mucho para rescatar. Si hay deseo, si se quieren, si se aman, si creen que hay algo que se pueda hacer, aunque no sepan qué, los problemas se pueden resolver, mejor dicho se puede intentar. Pero si para alguno de los dos verdadera y definitivamente se terminó, se terminó para ambos y ya no hay nada más que hacer. Y entonces habrá que decirle al que ama: "Tengo malas noticias para ti. Lo siento, se terminó..."
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