Si alguien le hubiera dicho a Danielle Santana que su verano iba a estar lleno de modales, vestidos y gente importante se habría reído de él. Reído no, ¡Descojonado! Y sin embargo, gracias a un enamoramiento de su mamá, pasa de su casa en la playa a un castillo en medio de la nada. Pero no se puede imaginar cuanto le cambiará eso la vida. Claro,tampoco se puede imaginar a ningún Ares Næsheim.