
Samantha en la escuela era considerada una chica ingenua e inocente, pero ya basta de esa imagen de ella. Era hora de sacar a relucir quien realmente es. Y más cuando el Playboy de la Universidad, Fernando la trataba como su ratón de biblioteca. Su nuevo jueguito. ¿Quien iba a decir que unos encuentros en la sala de castigo iba a desencadenar fuego?All Rights Reserved