¿Quién era realmente la muchacha que se escondía detrás de Thalía Keegan?
Finalmente Mateo ha aceptado trabajar en la nave ganadera Keegan como parte de una investigación que la Interpol y el FBI llevan haciendo desde hace años para desbaratar una red de pedofilia y trafico de blancas en casi todo el mundo.
Con el líder de la banda suelto, Mateo sabe que debe cuidarse, pero hay algo con lo que el agente no contaba: Thalía Keegan, una joven que esconde muchas cosas que la implican con la desaparición de muchas niñas de distintos pueblitos del sur de Texas y el norte de Mexico.
Thalía siente que el mundo tranquilo se desvanece cada vez que ese hombre la mira a la cara como si ella fuera culpable, sin tan solo ella pudiera defenderse, todo sería más fácil.
Pero Sofía no bromeaba cuando le decía que todo lo que había hecho lo iba a pagar.
Delicadamente fue subiendo la intensidad de la luz hasta que las ponedoras levantaron sus inteligentes cabezas y sacudieron -como se llame aquello que le cuelga bajo el pico- junto a la cresta que algunas la tenían ladeada a la izquierda o a la derecha, pero que a Thai le gustaba acariciar con manos dulces.
Despacio comenzó a revisar en los depósitos bajo los nidos de las aves para quitar los huevos frescos, pero una sombra se alzó en la puerta del pequeño recinto haciendo que todo cayera al suelo haciéndose pedazos. Frente a ella y mirándola con esos horribles ojos dorados estaba Sergey.
Ella hizo un paso atrás, alejándose de él, pero el ruso fue más rápido y la tomó del brazo.
-ahora va a ser más fácil llevarte... Esta vez vas a ser mía.
Mateo...
Entonces fue instintivo, sabía que iba a lograrlo y mientras que Sergey la arrojaba contra la paja que cubría el suelo del gallinero y de su boca salió en ansiado grito.
-¡Mateo!
2 - Pecado de amor - Bilogía "Pecado de los Hermanos Hurtman"