Irene nunca se imaginó los secretos que su amigo podía llegar a guardar, y cuando los descubrió tampoco creyó que este podría llegar a amenazarla. Ahora su amistad ya no es como lo era, sino que sigue en pie bajo las amenazas de un Simón aterrado de que ella abra la boca y mande todo al infierno, pero sabe que Irene no lo hará, los mejores amigos guardan los secretos del uno y del otro. Ella siente que está siendo asfixiada por todas las amenazas que recibe por parte de Simón y él no puede negar que le gusta la idea de poner sus manos alrededor de su frágil cuello.All Rights Reserved
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