Todos hemos escuchado de algún pobre baboso; hermoso, pero corto de luces, que va por la vida a sus anchas, hasta que se ve reducido a menos que un gusano de agua puerca cuando el amor lo golpea arrojándolo a sus rodillas. Esta es la historia de uno de esos. Archer ama a Roland. Roland ama a Archer. Solo que a veces, el amor por sí solo no es suficiente.