Todos creen que trabajar para Sabaku No Gaara es un sueño. Todos menos yo. Llevo tres horribles, largos y desesperantes años siendo su esclava, o como todos dicen, su asistente.
Sigo soportándolo, porque aun no termino de pagar mi deuda de la universidad, y esta es una de las compañías de animación más importantes de Tokio. Además, admito que me gusta leer mangas y ver cuales tienen potencial para ser animados.
Todos los años, la compañía hace una fiesta de gala para celebrar los triunfos que hemos obtenido, pero, el señor Mapache -como me gusta llamarlo- nunca me ha permitido ir a una, alegando que no tengo la belleza ni el rango para asistir, a pesar de que el resto de las asistentes, mis amigas, van cada año.
No sufro, se que pronto saldré de este infierno y si puedo estar lejos de esa bestia pelirroja por una noche, lo agradezco...
- Sigues aquí, eso es excelente -hablando del rey de Roma, ahí esta, mi jefe mapache. Se los presento. De seguro quiere que lea otro manga Shoujo, los que él detesta.
- Dígame señor - respondo con la mejor sonrisa fingida que tengo, para luego percatarme de lo que lleva en su mano y parece entregarme. ¿Mis ojos están viendo el logo de una lujosa tienda de moda
- Toma, póntelo y trata de hacer algo con esa cara horrenda que tienes, no alcancé a comprar maquillaje -continua en su monólogo
- ¿Q...Q... - tengo una impactante cara de interrogación mientras sostengo en mis manos un atrevido vestido de diseñador y unos tacones elegantes.
- Solo póntelos...vendrás conmigo a la fiesta... - vuelvo a mirarlo con la misma expresión. No entiendo nada - Vendrás como mi acompañante - suelta por fin y casi puedo sentir que mi mandíbula toca el suelo
- Y-Y-Y-Yo.... -
- Solo ven y finge conmigo, o te despediré - sentencia dando un portazo que me vuelve a la realidad...
¿Qué carajos fue eso?