En aquel momento lo único que ví fué como aquella persona que decidió cuidarme y protegerme aún sin yo ser de su sangre se desvanecía en el suelo con los ojos vacíos, sin ningún tipo de expresión en ellos.
Las lágrimas salían descontroladas y humedecían mis mejillas, pero era como si yo no estuviese en aquel lugar. Yo no me sentía en ese lugar.
Era como si por unos segundos mi cerebro hubiera dejado de funcionar, pero esos segundos se convirtieron en minutos, horas, años, y así sucesivamente hasta seguirme torturando a día de hoy.
Dejé de responder por ese cuerpo, no pensaba si las consecuencias de mis actos podrían beneficiarme o perjudicarme, y eso es lo que me hacía ser más real.
No tenía sueños ni pensamientos que me alejaran de la cruel pero savia realidad, y eso era lo que me permitía no tener ningún tipo de sentimiento sin dejar de estar vivo.
Pero la verdad, esque me siento más muerto que vivo
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?