Cuenta la historia, que en 1854 el rey de los lobos, joven en aquel entonces, asesino a una de las brujas más poderosas de la existencia y que su hermana lo condenó a una maldición en son de venganza.
Dice la última profesia, "tu vida en infierno se convertirá, porque eso habéis buscado, vivirás y feliz serás, pero tú felicidad no durará, porque tu alma gemela morirá".
Ahora, el gran rey, vive encerrado en su castillo de marfil y grandes ventanales, a la espera de que su reina... Nunca aparezca.
Todo alpha necesita tener un primogénito para que pueda ocupar un día su lugar como el próximo líder de su manada, o de otra manera no podría haber una continuación de un linaje.
Como es el caso del alpha Sailer. Un lobo que logró encontrar a su luna hace dos años.
Sailer y su luna vivían en gran armonía, sin embargo esa armonía se desvaneció el día que la pareja recibió la noticia que la luna nunca podría concebir.
El alpha no podía aceptar la idea de no llegar a tener una descendencia. Necesitaba tener un cachorro que llevara su propia sangre, un bebé que fuese una parte de él.