Todas las palabras que comprometen a nuestros prójimos son sagradas. Las promesas son ilusiones y expectativas donde queda en juego el bienestar de los involucrados. Son pactos, no importa la finalidad ni la intención, si fallamos estas promesas, fallamos como seres humanos, fallamos como individuos que solo querían satisfacer sus deseos sin importar la gravedad del desenlace. ¿Luchar por nuestros deseos es vivir? ¿Aunque alguno de esos deseos sea la muerte?All Rights Reserved