Llegó la fría noche y con ella trajo los recuerdos del baúl que con tanto mimo conservo. Caen los copos y con ellos, mis lágrimas al recordar tu rostro. Te echo tanto de menos... Cada vez que me veo reflejado te veo. ¡Qué de veces aparté la mirada por no sufrir! Ya está aquí, el helor de montaña, con el cual, no descansabamos hasta reventar de cansancio por jugar con el balón. Aiden, sí, no puedo dejar de pensar en ti. Que para mí siempre fue invierno en mi corazón, que siempre tenía carámbanos punzantes en el alma. Pero... Te puedo asegurar, que ahora ese frío invierno de mi interior, ahora es una cálida estación. -Shawn Froste ♪Historia participante de: FrosteAwards2017 ✨