Bely siempre fue tierna, agradable, inocente, un hilo sujeto tanto a la vida como al amor. Yo... Era el dedo al que se mantenía anudado. A día de hoy habría hecho todo lo posible por mantener ese nudo atado, por no haberlo soltado. A veces nos damos cuenta de las cosas demasiado tarde. Tan solo si ella hubiera dejado alguna señal de su sufrimiento. Tan solo si los pájaros siguiesen cantando como aquella noche. Tan solo si nuestros corazones hubiesen seguido latiendo juntos.