El ordén del equilibrio siempre es así; Un alma puede ir a la oscuridad eterna o a la luz del mismísimo creador, ahora que el tiempo del fin de este mundo material se acabo las almas irán a parar a esos dos destinos, cabe a los méritos que tienen. Mas hubo antes un antiguo lugar, muy viejo. Una dimensión que no es el Cielo ni el Infierno... El Limbo, un lugar donde las almas que no fueron bautizados, murieron al nacer o estuvieron antes de Cristo, pararían a ese oscuro lugar, donde estarán toda su eternidad. Pero durante estos años, ellos se han dejado guiar por un maestro, uno que le ayudará a cumplir su objetivo; Vengarse de haber parado hay y poder alcanzar el Cielo que tanto anhelan demasiado.