No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita. De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso no podía cambiar tan pronto, me gustaba no tener que darle explicaciones a nadie y hacer las cosas como a mí me parecía que estaba bien hacerlas.